Por fin... después de meses buscando y de haber visto más de una veintena de pisos de agencias y particulares...por fin, por fin, por fin.... tenemos mudanza en el horizonte.
Pagaremos una salvajada de alquiler, y con la bajada de sueldos que se anuncia, nuestro nivel adquisitivo caerá en picado de aquí a final de año... (después mejor ni pensar...) Una de cal y dos de arena... así es la vida, al menos últimamente. Cuando tienes la sensación de dar un paso para delante, resulta que te empujan dos para atrás...
No hay más remedio que centrarse en lo bueno, que en este caso, por fortuna, creo que es mucho, teniendo en cuenta que no pisaré sintasol en ninguna de las estancias de mi futura casa, y que tendré lavavajillas y miniterracita por primerísima vez en mi vida. Entrará luz por todas partes, sin mediación de patios interiores, fachadas contiguas o tejados con palomas, tendré armarios ("os" en plural, dos y empotrados...para llorar... incroyable...), y haré eco por las paredes de lo que, de acuerdo con mi experiencia personal, es un palacete con todas las de la ley.
Ya veremos cómo se da luego el día a día allí, porque esto de las casas, por mucho que uno mire y remire, es una lotería... Puedes estar súper a gusto en un cuchitril destartalado y no sentirte en casa en un lugar supuestamente mejor. Los vecinos, el ruido, el ambiente del barrio, el trato del propietario... todo eso no se ve hasta que haces el petate y te instalas, y como las casas no las puedes probar y devolver si no quedas satisfecho... (algo completamente injusto e incomprensible desde mi punto de vista), pues eso... que al final, son una lotería...
Aún a un mes largo de la mudanza, yo estoy convencida de que me ha tocado el gordo, pero que si luego se queda en pedrea... ni tan mal...
¡¡FELIZ JUEVES ANTIPRIMAVERAL...!!
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