Y ese embolao es, obviamente, el motivo principal, que no el único, del abandono del blog todos estos meses.
Primero volví a la uni más por una situación coyuntural que por una decisión meditada (como ocurre casi siempre en la vida... ¿que no?), y ahora, quizá por una mezcla más compensada de coyuntura y reflexión, he decidido quedarme (si me dejan...) por unos añitos. En unos días pasaré la primera criba y no estoy nada exenta de miedos... No dudo que la academia sea mi lugar, es donde me encuentro a gusto y con ganas de avanzar, pero tengo muchas dudas de que la investigación sea lo mío, y de que en un lapso de tres o cuatro años a lo sumo (como exigen ahora las nuevas directrices) sea capaz, no ya de escribir una tesis, sino de estar a la altura de todo lo que conlleva.
Yo me siento bien, activa y madura, pero soy vieja para empezar en la investigación, como una década mayor de lo que debiera, y eso tiene muchas cosas buenas pero algunas malas. Tengo que ponerme al día de muuuuuuuchas cosas, recuperar mucho tiempo "perdido" y hacer sacrificios de los que no sé si seré capaz. Puedo meterme mucha caña académica, con los idiomas, por ejemplo, también puedo ponerme a leer como una descosida (cosa que a los chavales de veintitantos creo que les cuesta mucho más que a mí, por cierto), puedo formarme con las nuevas tecnologías y convertirme en la reina de las bases de datos y los archivos de las bibliotecas, incluso puedo ir a los cursos, charlas o clases que se me pongan por delante, la verdad es que puedo echar horas leyendo, escribiendo, discutiendo... y no me cuesta ni el más mínimo esfuerzo (bueno sí, tampoco seamos idealistas, hay días que me cuesta un güevo...jajajajaj), lo cierto es que me encanta y soy feliz en el proceso..., pero no puedo dejar de acercarme a la cuarentena, no puede dejar de ser grave no tener sueldo y no cotizar, no puedo eludir demasiado tiempo más el dilema de la maternidad... y otras cosas de este pelo que a los veinteañeros ni se les pasan por la cabeza y que a mí me acompañan a la cama todas las noches.
En cualquier caso estoy contenta y convencida de mi decisión, no en el sentido de que sea correcta (¿de qué decisión puede decirse tal cosa?), sino en el sentido de que era la mejor que podía tomar. Desde luego prefiero romperme la cabeza intentando escribir una tesis que hacer trabajos mecánicos por seis euros la hora que me frustran y me amargan la vida, incluso con las renuncias y la situación de dependencia que ello implica. Ya veremos si no me quedo en el camino, pero incluso en ese caso... ¡¡que me quiten lo bailao¡¡ (lo aprendido entiéndase...jajajaja).
Si no lo intentas...Seguro que puedes. ¿ya tienes tema?
ResponderEliminar¡¡Gracias!! Sí, el tema es un poco continuación de la tesis de máster, y ya está todo más o menos recogido en un proyecto para tres años laaaaargos. Sólo faltan unos vistos buenos y ¡¡a meterse en harina!!
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