martes, 21 de julio de 2015

FALTA DISCIPLINARIA

     Conmigo misma, con mi vida, entiéndase... El tema de la disciplina me trae de cabeza desde que tengo uso de razón, y por más que intento ser una persona disciplinada, no lo consigo. 
     Supongo que en realidad es porque no lo intento suficientemente, porque no me fuerzo de verdad o porque no lo hago de la forma debida. 
     Cumplo con las imposiciones "externas": estudio si tengo un examen (aunque siempre al final, bajo presión), entrego los trabajos a tiempo si tengo una fecha límite, y no los hago mejor si dispongo de más días, sólo los hago más lentamente (dentro de una racionalidad temporal, claro...), acabo las cosas si algo o alguien me lo exige... De lo contrario, dejo muchas veces las cosas a medias, me vence la pereza porque lo que me emociona es empezar, planear, proyectar, pero cuando la cosa ya está en proceso... me aburro. A veces me pasa incluso con la comida, me vuelco planeando un menú o buscando la mejor receta, pero una vez hecho o elegido, casi que me da igual comerme las sobras de ayer. 
Vale...éste no fue el caso porque me salió de muerte...jajajajajajaj
     Otra de mis eternas luchas es contra el despertador. No sé si ya he hablado de esto alguna vez, de que soy búho y no alondra, pero como eso a la sociedad le importa poco y es al que madruga a quien dios ayuda, yo lucho contra mi cuerpo apagando la luz a media noche y poniéndome en pie a las 7 durante el invierno y a las 9 en vacaciones. No me importa reconocer que dormir me parece, en cierto modo, una pérdida de tiempo, y que envidio profundamente a esas personas que pueden leer hasta la una y pico de la noche y levantarse a las 6 o las 7 como si tal cosa. Yo tengo que forzar a mi organismo para que duerma "sólo" 9 horas, porque si lo dejo a su libre albedrío... no comment... Cuando me levanto soy un zombie, torpe físicamente e incapaz de pensar con coherencia. Necesito al menos dos horas despierta para que mi cerebro funcione normal, aunque cuando mejor funciona, con diferencia, es al caer la tarde. Algunos me dicen "pues no te tortures y sigue tus bioritmos" y yo les digo "¡JA!". El mundo, al menos el mundo en el que yo quiero estar (que no es el de la noche y la farándula), funciona de día, concretamente de 8 a 5, y le importa un comino que mi cerebro tenga su punto álgido a las 7 de la tarde. 
     Así que a veces me siento fatal porque es un conjunto de todo... de inconstancia, de aburrimiento, de ritmos circadianos y bueno: de vagaaaaaaaaaaacia de toda la vida... jajajajajaja.... A menudo me propongo, por ejemplo, actualizar el blog al menos tres veces por semana, y se me ocurren un montón de entradas y cosas que contar, pero luego en un par de semanas se me pasa y se queda descolgado. También se me ocurren tales o cuales cosas que hacer en la casa, y empiezo todo emocionada a lijar una silla hasta que se queda muerta de risa con el barniz a medio dar. 
     Igual es todo una cuestión de planteamiento y no tanto de motivación, pero no lo sé... pensaré más sobre ello estas vacaciones, para ver cómo puedo mejorar el curso que viene. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario