domingo, 10 de enero de 2016

DORMIR

     Desde hace unos meses tengo problemas de sueño. Nada grave, desde luego, pero acostumbrada a planchar la oreja nueve horas (o más...) seguidas y profundas cada noche, se me hace muy cuesta arriba no conseguir dormir ni seis algunos días.  Creo que el problema principal radica en los cambios de cama pero también  en el horario irregular.
     De lunes a jueves duermo en un sitio, donde trabajo, de viernes a lunes en mi casa y algunos findes sueltos entre medias, en casa familiar pero no propia. En mi casa sigo durmiendo bien, mi  cuarto,  mis sábanas,  mi colchón... todo me resulta tan naturalmente somnífero que es fácil dormir profunda y plácidamente.  También hay que matizar que mi casa, y particularmente mi cuarto, son extremadamente silenciosos, sólo tengo un vecino al que no percibo y lo más ruidoso que escucho es el viento, la lluvia o los pájaros al amanecer. 
¿A que en estas habitaciones entra hasta sueño? 
     Mi casa del trabajo tiene vecinos ruidosos (vecinos españoles comunes (sí, lo siento, a mí también me jode admitirlo) que ponen la tele a todo meter hasta las doce y pico o la una y la lavadora tranquilamente a las once...), una calle en la que algunas veces paran coches malotes con musicotas malotas y un portón pesado y ruidoso con un portero automático estridente. La cama no es muy cómoda y las sábanas (por ahora) no son de franela. La habitación tampoco es bonita, de colores agradables, techos altos y cortinas oscuras como la mía. Y me cuesta conciliar el sueño, me echo a la cama cansadísima pero doy vueltas una hora detrás de otra, el cerebro me bulle por las noches, los vecinos que no terminan de apagar la puta tele e irse a dormir de una santísima vez, no me hallo en esa cama ni en ese cuarto, el tiempo pasa y el despertador sonará temprano... 
     He probado todas las marcas de infusiones para dormir, éstas son las más efectivas para mí: 

     Aunque hacen más bien poca cosa. Y lo siento, pero me niego a tomar pastillas
    Yo siempre he sido búho y no alondra, pero como el mundo me obliga a alondrizarme, procuro dejar de trabajar a eso de las diez o las once, como mucho, para que el cerebro se me vaya apagando, pero le cuesta, está activo, se le ocurren montones de cosas interesantes a medianoche y, claro, a las siete de la mañana no es capaz ni de mantener la coordinación motriz que requiere la cafetera... 
También he dejado el café más allá de las cinco de la tarde, cosa que me fastidia bastante porque mis mejores horas de trabajo son ésas, de cinco o seis a ocho o nueve. 
Además entro a trabajar casi a una hora cada día, lo cual no ayuda a habituar al cuerpo a un horario de sueño, pero es que cuando suena el despertador y sé que aún me quedan tres horas para la clase... uuuffff... la llamada de las sábanas después de una noche tan corta, es demasiado poderosa. 

     Algo tengo que hacer... obligarme a respetar un horario matutino, no levantarme muy tarde los findes, hacer algo de deporte, buscar una actividad que me apague el cerebro, no sé...  porque la chorrada ésa de la respiración 4-7-8 es eso, una chorrada como un piano. 
     ¿Alguna sugerencia?

8 comentarios:

  1. Yo tengo este curso muchísimos problemas para dormir. Y al final he recurrido a pastillas de parafarmacia, que no me lo arreglan, pero me ayudan a conciliar el sueño. Son algo así como melatonina. Durante algunas épocas de mi vida tuve que recurrir a pastillas para dormir de las de verdad y no quiero volver a eso, así que voy tirando con estas.

    Besos.

    ResponderEliminar
  2. Vaya...veo que no soy la única. Yo voy a intentar un programa "madruguístico" serio, a ver si así el cuerpo se me regula y duerme cuando tiene que dormir. Espero que esto, junto con otras cosas, me vaya funcionando, pero tú ya eres muy madrugadora... aisss

    ResponderEliminar