lunes, 24 de enero de 2011

¿SIN MIEDO AL "CHIC"?

     La verdad es que tenía ganas de tratar este tema, por qué negarlo, y las tardes de domingo dan para mucho bloggeo, así que me topé ayer con una entrada que recuperaba un artículo de la directora de Vogue España, publicado hace ya casi dos años, pero que me parece de absoluta actualidad. El articulito en cuestión, no tiene desperdicio…yo me quedaba más ojiplática cuantas más líneas leía… En conclusión, la autora viene a decir que las españolas tenemos miedo a vestir con un punto de originalidad y distinción, lo que ella considera pasar del vestir bien, al vestir chic, algo que, según ella, abanderan francesas, italianas y ¡!!norteamericanas!! 
Galliano, eres un crack, pero
el arte en los museos
     La autora se permite lindezas como esta: “Las españolas, a diferencia de las mujeres francesas, americanas o italianas, nos empeñamos en escudarnos tras una mal entendida comodidad para eliminar de golpe de nuestro vestuario cualquier referencia a la estética y en muchas ocasiones también a la feminidad. Basta con clamar a lo cómodo para, en el mismo gesto, decir adiós a los tacones de aguja, por supuesto las plataformas, las sandalias de invierno, las faldas largas o las que son "demasiado" cortas, los pantalones al tobillo, los pitillo, las chaquetas estructuradas, los vestidos tubo, los abrigos de piel, el encaje... y un sinfín de buenas ideas que terminan desterradas sin siquiera haber empezado.”
     ¡¡¡¡AAaaaaahhhhhjajajajajaja!!!! Por favor…denme un par de minutos para reponerme, porque es que me parto toaaaaa!!!! Desde luego, si entender mal la comodidad es renunciar a tacones de aguja, yo, desde luego, debo de ser tonta de remate…y conmigo la mayoría de las mujeres que me rodean. ¿Pero de verdad esta señora está llamando “buenas ideas” a las plataformas, a las sandalias “de invierno” y a los vestidos entubados? ¿De verdad están oyendo eso mis oídos y de verdad alguien puede ser tan necio para publicar esto en una revista y quedarse tan campante?

Los dedos de esos pies
hablan por sí solos...
Perfectos para hacer la compra
o para esperar el autobús...
En primer lugar no sé qué Francia ha visto esta mujer, porque desde luego la de las calles, dista mucho de acercarse a algo que podamos considerar chic, siempre y cuando el vestir completa o mayoritariamente de negro no sea sinónimo de tal adjetivo, recurso típico, el del uniforme negro, de las francesas, al menos de las que me rodean, que no son pocas… Tampoco sé en qué parte de los Estados Unidos ha observado esta mujer los atuendos diarios del populacho, porque quitando Nueva York y algunas ciudades californianas, en las que, como en todas las grandes ciudades, lo que reina es un eclecticismo que da para encontrar de todo, no ya tanto por el buen gusto o la sensibilidad estética de la mayoría, sino más bien por el ingente número de personas que se concentran en tan reducidos espacios (comparativamente hablando claro), el vestir norteamericano es, con perdón, pa mear y no echar gota, basta con darse una vuelta por cualquier Walmart de un estado interior al azar, para saber a qué me refiero…
Pobrecica, tendrá los pies como témpanos.
     Si desechar zapatos con tacones inhumanos (ésos que de imposibles hacen a su portadora caminar de forma ridícula, bien con las rodillas constantemente flexionadas hacia adelante, bien con el torso tensionado hacia atrás), negarse a llevar sandalias por debajo de los diez grados y botas de ante con borreguito por encima de los veinte, e ignorar vestidos que nos impiden el movimiento regular de nuestro cuerpo, es estar atrasadas, estilísticamente hablando…¡¡BENDITO ATRASO EL NUESTRO!!
     Desde luego, si el chic consiste en caminar a más de 6 cm del suelo, con el consiguiente destrozo de la columna vertebral, en no poder coger en brazos a nuestros hijos por miedo al jironazo en la sisa de la “chaqueta estructurada”, y en adornar nuestros vestidos con cinturones que se convierten en cilicios al sentarse al volante… entonces no, no quiero ser chic, ni que el chic cunda a mi alrededor.
Como siga lloviendo mucho...
 no vuelves a casa sana...
     Además, habría que recordarle a esta señora, que la estética y la feminidad van, por fortuna, mucho más allá del tacón y la falda tubo, y no se reducen al escuálido patrón del que suele ser portadora su revista, y que comodidad y elegancia no estuvieron nunca reñidas, aunque ella proponga sustituir toda referencia a lo cómodo por su versión elegante”.
Divina sí...siempre y cuando no te sientes claro...
     Esperemos que el sentido común siga reinando en nuestro país y allende los mares, y que tanta chapucería conceptual desaparezca de publicaciones, por otra parte, de gran calidad en su género. Bien sabido es que la ignorancia es la madre del atrevimiento…
     Que se enteren los del Vogue, que lo chic es precisamente aquello que resulta original, diferente y elegante, sin ser incómodo, rocambolesco  o estrafalario. A mi modo de ver, no hay nada más chic que un vestido ligero con unas bailarinas, un pantalón de algodón con un mocasín, o una buena bufanda cuando el frío apremia. Aunque lo realmente chic no es tanto lo que nos ponemos encima, cuanto el cómo lo llevamos, el dónde y el para qué.
     No confundamos el miedo al chic…con el miedo a la estupidez. 

     P.D: creo que la entrada de la que me he servido (www.sistersandresses.blogspot.com) no iba exactamente por estos derroteros, sino que traían el artículo a colación, más bien en referencia a ese vestir uniformado, clásico y a veces excesivamente rancio, que caracteriza las capitales y ciudades de provincia españolas, sobre todo las del norte, pero también algunas del sur, en las que, es cierto, se tiene demasiado miedo al qué dirán y a la mirada juiciosa del otro. En los sitios pequeños, está claro, lo diferente resalta más, aunque en el fondo se critica igual que en todas partes, solo que las críticas parecen más descaradas, porque se notan más. Pero una cosa es esto, y otra dar rienda suelta a la estupidez amparados en la estética, y aplaudir la palabrería barata, desafortunada e imprudente de algunas...

4 comentarios:

  1. estoy de acuerdo contigo en la mayor parte de tus argumentos. Identificar unos tacones de mas de 10 cm invariablemente con algo chic me parece una estupidez. Lo que yo defiendo, más en concreto, es que cada uno lleve lo que le parezca, pero que no se "corte" de llevar ciertas cosas que le gustan porque no quiere destacar, arriesgándose a los comentarios de los demás.
    Hay que reconocer que detrás de la consabida frase "yo lo veo en otra y me gusta... pero yo no me veo" lo más habitual es que haya un "no me atrevo a ponerlo, aunque yo me vería guapa, porque vete tú a saber que dirán". Y yo creo que lo que corrobora esto es lo que pasa en las bodas, da la sensación de que ahí la gente se desmelena alguién que, normalmente, viste de una manera algo más que discreta, de repente se pone encima todo aquello que encuentra. Da la sensación de que aprovechan la ocasión para resarcirse del resto del año. Por supuesto, todo esto son generalizaciones.

    V*

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  2. No estoy para nada de acuerdo. No he viajado tanto como para opinar que se lleva en cada ciudad, pero lo que a blogsfera se refiere, por cada blog español que me gusta, encuentro 2o ingleses, finlandeses, franceses, polacos, y un largo etc.... que a mi parecer están a años luz. En cuanto a tu crítica, creo que lo has llevado al extremo, creo que la autora tan solo pone unos ejemplos muy concretos. En España cada vez mas nos disfrazamos-uniformamos, tenemos el atuendo tipo, para ir al campo, para ir de boda, para el día a día.Y luego tendemos a recombinar todo, bolsos, zapatos, siempre los mismos tonos, y no te niego que muchas veces me gustaría ver a la gente toda de negro, por dior, jejejeje. Creo que nuestras madres y abuelas, con muchos medios y una vida mucho mas dura que la nuestra, nos daban veinte vueltas en cuanto elegancia y moda.
    Y me encanta que cada uno tengamos visiones distintas sobre los temas, siempre es enriquecedor ;)

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  3. Sí, desde luego lo de las bodas da para más de un estudio antropológico...¡¡¡ajajajajajaja!!!
    Y también, claro está, sarna con gusto no pica...que oye, si una va feliz con sus sandalias bajo la nieve o con botas de piel al sol sevillano de Julio...pues ole ella!!! Si de lo que se trata es de ser feliz y estar a gusto con uno mismo. Pero que no me vengan con eso de que dar primacía a la comodidad supone enterrar la estética, y que no me vendan la moto de que lo chic, cool, elegante, estiloso...o como queramos llamarlo, es lo que sale en las revistas o lo que se ve sobre la pasarela, que además cambia con un abrir y cerrar de ojos...
    Que no, que ser chic es mucho más y mucho menos que todo eso, al menos, mi idea de lo que es "chic". Y claro, no hay nada más contrario a eso, que renunciar a lo nos gusta por miedo al qué dirán...y no hablo sólo de la indumentaria, sino de una actitud ante casi todo.

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  4. Aunque en el tema en cuestión discrepamos, veo que por tu blog se cuecen recetitas muy sabrosas, me las apunto,.

    Feliz semana

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