lunes, 20 de agosto de 2012

AGUA DE FREGAR, DIGOOOOOO.... KAFFEE... Y MOHNKUCHEN

     Sin duda, una de las cosas más asquerosas de peor calidad que te puedes tomar en Alemania, es un café.  Cuando estuve aquí por primera vez hace unos años, enseguida aprendí que un milchkaffee no era algo ni remotamente similar... a un café con leche patrio, un cafelito con leche de toda la vida, más o menos mitad de café y mitad de leche. Cuando pides un milchkaffee, te sacan una taza con aguachirri oscuro, acompañado de un par de tarrinitas de nata líquida, para que te la añadas al café, así... a pelo... fría... espesa... y que luego deja unas telillas blancas repugnantes en la superficie de la bebida... Y, por supuesto, se quedan tan anchos, para ellos es lo más normal del universooooooooooo... 
     No tengo fotos del súper, pero hay botes de esta nata para el café, kaffeesahne, de todas las formas y colores, aunque lo más común son las dichosas tarrinitas y estos botes cilíndricos. 

     Y si no quieres tomar aguachirri con nata líquida... tienes que pedir un café latte, latte maquiato o capuchino, todos ellos insípidos, aguados y escasísimos de café, pero bastante más bebibles que el milchkaffee. Cuando te lo ponen en la mesa hasta te crees que va a saber a café, aunque el tamaño orinal del continente te hace dudar de la pureza del contenido... 
Lo mejor es pedir un buen acompañamiento, algo de eso que los teutones sí saben hacer bien, como los pasteles de masa densa y consistente:
Que te hacen olvidar el fiasco que hay en la taza... 
Como este impresionante Mohnkuchen con fondo de albaricoque que me desayuné el viernes en la mejor compañía. 
 Mmmmmmmmmmm...pppppppffffffffffff... IM-PRESIONANTEEEEEEEEEEE!!!
     Tomarse un café solo de calidad, un expreso, es una tarea mucho menos ardua, pues en la mayoría de heladerías italianas los sirven bastante buenos, algo menores quizá que la talla spanien, pero francamente parecidos. Lástima que una no sea amante del café solo... a pesar de lo cual lo pido muchas veces, porque al menos sabe bien y encima es muchísimo más barato que un capuchino. Ayer se me ocurrió la idea de pedirlo con hielo... "un vaso con hielo" ... "varios hielos"... "para el café".... El chico me miraba con cara de no entender, convencido de que no estaba usando la palabra adecuada y lo que quería pedirle era otra cosa, como un eiskaffee (que básicamente suele ser un helado de café, con nata, sirope y miles de millones de grasas y calorías).
     Finalmente, después de varias explicaciones y caras de perplejidad, comprendió que lo que yo quería era hielo, cubitos de hielo, "dentro" del café.... más que nada por los 32º que teníamos a las 3:30 de la tarde justo después de ocho kilómetros de pedaleo. Así que a los cinco minutos me trajo un expreso con "un hielo" dentro, aproximadamente del tamaño de una lenteja para cuando lo tuve delante.... Sonreí, se lo agradecí y me lo bebí con resignación, calentorro y un poco aguadillo por el hielo deshecho. Me dijo que no se tomaba así en Italia, y la verdad..., me duele un poco que se quedara con la idea de que los españoles nos metemos "un hielo" (un hielo de tamaño cubitera casera, no de ésos enormes de las bolsas de hielo que te ponen en los cubatas, no... ) en el expreso, así por lo común... pero las barreras culturales y lingüísticas, digan lo que digan,  son a veces insalvables... especialmente a 32º... y también a veces, aunque sólo a veces,  creo que está bien que sea así... 

¡¡¡FELIZ LUNES!!!

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