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     Pues sí, como dice mi suegra... todo llega, así que mis horas aquí están ya más que contadas. Como en todas las vivencias que uno va acumulando, quedan buenos y malos recuerdos, y aunque siempre intentamos quedarnos con los buenos, tampoco creo que los malos se deban de obviar... 

     He hablado bastante de las cosas positivas de Baviera, sobre todo de lo gastronómico, pero no me olvidaré de los paseos por el río, de los domingos mercadilleros, de los atardeceres bajo los árboles del biergarten y del constante trajín bicicletero, bosque arriba, bosque abajo... A pesar de que añoré el pescado casi desde el primer día, el mar, la playa, el olor del salitre, el ruido de las gaviotas... un café (de verdad...) con un pinchito de tortilla a media tarde... la compañía y... sobre todo... sobre todo... la certidumbre de lo conocido... la indescriptible sensación de lo familiar...

     No diré, pues, que me da pena irme... porque mentiría, aunque sí estoy segura de que extrañaré muchas cosas (de algunas de las cuales llevo para un tiempecito en las maletas... : P ). 

     Hoy voy a poner un par de imágenes de ese otro lado de las fotos que uno nunca fotografía y que prefiere no llevarse de recuerdo, pero que está ahí, al lado de todo lo demás, tan real como el resto. 

Los edificios austeros, cuadrados, feos... y los coches que "también" conducen muchos alemanes, porque no todo son mercedes, audis y bmws... 

La combinación, muy común, de esos edificios con casas de estilo más tradicional, con bonitos jardines y mucha madera, pero ahí metidas... entre hormigón. 

 La ilusión de que has encontrado un sito majo para merendar algo rico un día de estos...

 Y la ipso facta constatación de que estará cerrado cuando tú puedas ir...o cuando te apetezca de verdad, como un sábado o un domingo por la tarde... ¿¿¿???

     Nada es perfecto... qué le vamos a hacer... pero es cierto que cuando se tiene la suerte de vivir en un entorno tan bonito e increíble como al que yo me voy de vuelta mañana mismo... otros lugares, aunque tengan también su encanto, parece que saben a poco... 

¡¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!