miércoles, 17 de octubre de 2012

VUELVA USTED MAÑANA o "M'CAGÜEN CARREFUL"

     Partamos del hecho real y verídico de que a mí me gusta el Carrefour. Compro muchos de sus productos blancos (especialmente los que se comercializan en Francia, que no sé por qué, pero son bastante mejor que sus homónimos españoles...), así como otras marcas en su supermercado. Me gusta su sistema de fidelidad, que no implica cuentas bancarias, visas, ni rollos por el estilo (como ocurre en otras cadenas). También compro muchas cosas en Alcampo, según qué productos, aunque su marca blanca, en general, me parece bastante peor. Para algunas otras cosas prefiero ir de vez en cuando a  Eroski, y para la carne, pero sobre todo para el pescado, me gustan los puestos de mercado de toda la vida. 
     Hasta aquí todo bien, sobrevivo a pesar de no tener un Mercadona a menos de doscientos kilómetros, y voy cambiando según me dé el aire. Pero hete aquí que un buen día se me cruza un catálogo de súper ofertas de Carrefour (digamos antes de ayer...):
     Y como siempre hago con los catálogos de los supermercados que frecuento, primero lo veo, luego lo miro, y si procede... me lo estudio, valoro las reducciones, si voy a poder comer o gastar tanto de tal o cual cosa, y lo pintarrajeo con rotulador rojo para tener claros mis objetivos. 
     A mí me gusta hacer esto, me entretiene y hasta me divierte. Así que otro buen día, en este caso el primero de validez del catálogo, o séase hoy, me presento en susodicho hipermercado. 
     Ya me ha pasado alguna vez que, por ir un poco tarde, la excusa que me han dado por no tener disponible lo que ofertaban en el catálogo, era que el stock se había terminado... Pues bien, hoy he ido el primer día, por la mañana hora española, après-midi hora francesa: tiempo suficiente para que colocaran la mercancía, e insuficiente para que se agotara el stock... 
     ¿Pero qué me he encontrado después de hacerme más de veinte kilómetros en reserva...? 
   Voilà!!! El 75% de los artículos que me han llevado hasta allí no se encontraban en las estanterías... Así que con mi francés patatero de niño de primaria (qué digo de primaria, de parvulario...), le he preguntado "excusez-moi monsieur..." (así como con mucha politesse) al carnicero, que dónde estaban los escalopes de pavo de la oferta o la pierna de ternera blanca a ocho euros el kilo. Después de mirar la foto que yo le señalaba del catálogo, bien marcado de rotu rojo, ha hecho mutis por las cámaras y ha salido al ratito diciendo que aún no les había llegado ese producto, y que lo sentía pero que me pasara mañana o al final de la tarde. Ahí me he empezado a calentar, pero todavía llevaba mucha politesse dentro y he sonreído pacientemente "merci monsieur".
     Entonces me voy a la sección de refrigerados y veo que, justamente, no hay los raviolis de oferta que yo quería, sino sólo los de jamón y queso, como tampoco la mezcla de lechugas en el tamaño de oferta. Aquí ya he empezado a notar algo más de acaloramiento... 
     Acto seguido, me dirijo a la sección de medias, calcetines y ropa interior... y empiezo a buscar los pares y packs de oferta... pero una vez más... oh la lá! de todo lo que viene en el catálogo sólo encuentro unas medias que, justo, no me interesaban. Pregunto a la persona que estaba por la zona y me responde que no tiene espacio, ni tiempo, ni personal, para ofrecer todo al mismo tiempo... que lo siente y me comprende pero que no puede hacer nada... Aquí yo ya no me acordaba mucho de que era eso de la politesse, y me ha costado enormemente fingir la sonrisita del merci madame..
     A las tres y media y sin comer, no estaba dispuesta a caer en la ira gratuita... así que me he ido a la sección de hogar a por aquéllo que más me interesaba de todo el catálogo, que era esta mantita de sofá taaaaan bonita con sus lunarcitos, y que pensaba llevarme tanto en rosa como en verde azulado: 
     Pero cuál es mi sorpresa... al descubrir que en la balda de mantitas para sofá, únicamente había de las lisas y grandes de doce euros...   Aquí ya me empieza a hervir la sangre, dejo el carro a un lado y me voy al mostrador de información, con mi francés de parvulario, mi catálogo pintarrajeado y mi cara antipolitesse de soy española y estoy de mala leche... La madame del mostrador me vuelve a repetir lo mismo, por lo menos con bastante empatía...: que vuelva usted mañana a ver si hay suerte, y que lo siente mucho por los kilómetros que me he hecho en vano... y los que me tengo que hacer de vuelta a casa con el maletero casi vacío. Me han faltado uno o dos grados de calentón (y bastantes más de nivel de francés...), para pedirle la hoja de reclamaciones, y dejar constancia por escrito de que es un cachondeo que me digan que se ha acabado el stock cuando voy a los dos días, pero que el stock aún no ha llegado cuando me presento el primero... que no soy tonta del todo y que sospecho que hay productos que están de gancho, porque no hay dios que dé con ellos nunca. Si esto me pilla en mi lado de la frontera... otro gallo cantaría... 
     He tenido que conformarme con unas latas de judías verdes y una bandejita de sushi (que es la primera vez que no están agotadísimas), ya veré si vuelvo o no a por las mantitas y quién sabe si... la próxima vez, no me llevaré el termo y la silla plegable, porque a cabezona.... quitando a mi suegro... ¡no me gana nadie! Jajajajajajajajaja....

¡¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!!

1 comentario:

  1. Mi marido presenta una reclamación ir menos de nada. En carrefour ya ha presentado varias y siempre le han dado la razón, le han tenido que pedir disculpas y le han ofrecido el producto al mismo precio aunque la oferta hubiera acabado. Se deben de pensar que somos todos tontos y nos hacen ir y venir por productos que ni siquiera piensan vender.

    Besos.

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