martes, 9 de junio de 2015

FRANCHUTEANDO 7/36: PARQUES

     Una de las pocas cosas (lo siento...hay que ser sinceros...jajajaj) que echo de menos de Alemania, son los parques que tenía cerca de casa y lo plano que era todo para pedalear. Aquellos meses anduve en bici más que en toda mi vida, también porque entonces era incapaz de coger un tren o un autobús para hacerme los 14 km que me separaban de Munich, pero eso es otra historia... Total, que aquí tengo algo un poco parecido, así que vuelvo a pedalear a gusto, es decir, sin cuestazas y con carril bici casi todo el tiempo. 
     Me encantan los parques, llevarme una manta y sentarme a leer, comer o simplemente descansar en el suelo, caminar descalza por la hierba y mirar los insectos que trepan por las hojas o sobrevuelan las flores. 
     No soporto a los grupos de parque ruidosos, especialmente a los típicos tontolabas que ponen música en abierto, como si los demás no tuviéramos nada mejor que hacer que aguantar su mal gusto (o bueno en caso de que lo fuera, cosa que nunca me ha ocurrido porque el buen gusto, el civismo y el respeto suelen ir ligados...), a los porretas de parque, que te ponen un pestazo que te chafan el pic nic, y a los dueños de perros que les dejan sueltos y te miran con una sonrisita mientras el chucho te olisquea y se mea en la rueda de tu bici... Noooo, no me pasó todo eso junto...sólo las dos primeras... y aún así estuve largo rato leyendo y observando sin más: el vacío... o el lleno de la vida, según se mire... 

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