viernes, 17 de agosto de 2012

VACACURROCIONES

     A veces, según me voy haciendo mayor, tengo la impresión de que algunos de mis pensamientos de la infancia, adolescencia y más tierna juventud, se vuelven contra mí como un boomerang. En plan venganza... en plan... ya te lo dijimos o qué te pensabas...
     En las vacaciones, no en los cuatro o cinco días que uno pasa en un hotel o visitando una ciudad, sino en los días que uno pasa en casa con su familia y, en ocasiones, con invitados, me acuerdo de mi madre... de lo que solía decirnos los fines de semana o el par de semanas que pasábamos en el pueblo. Siempre se quejaba de que ella también tenía derecho a vacaciones, de que al llegar el fin de semana también quería  descansar...
     Voy a confesarlo... tengo ganas de que se acaben las vacaciones, las de los demás, los que están a mi alrededor (las mías son tristemente indefinidas...), porque necesito descansar. Sí, necesito descansar de las vacaciones, en las que a mis tareas normales se suman las actividades vacacionales, las lavadoras extras, la cocina y repostería extra, el agotador entrar y salir, ir y venir, piscina para arriba, café y helado para abajo, bici, paseo, cerveza... pero también aspiradora, colada, lavavajillas, cristales, fregona, plancha... 
     Creo que cuando se está de vacaciones, se está de vacaciones, es decir: todos deberíamos estar de vacaciones del mismo modo, pero como unos volverán en unos días al despertador y la jornada de ocho horas y yo no, es como si nunca mereciera exactamente el mismo descanso. De vez en cuando alguien se apura y te echa una mano, pero no deja de considerarse eso: una mano, una "ayuda", como si se estuvieran metiendo en tu terreno de buen rollo para hacértelo más llevadero, pero no porque sientan que les corresponde hacerlo, que al estar de vacaciones y no regresar de un agotador día de trabajo tienen el mismo "deber" de fregar platos y preparar la cena que tú, sino sólo para eso, para "ayudarte"... 
     Además tienes que subirte al tren de la actividad vacacional y escuchar cada mañana el "¿qué hacemos?" y el "¿a dónde vamos?", e ir a la piscina con pelos en las piernas porque ni siquiera has tenido tiempo de depilarte, salir a cenar con el pelo sucio y sin gota de maquillaje porque has estado colgando ropa en lugar de arreglarte o tragarte una caravana de tres pares porque como son vacaciones, no nos vamos a quedar en casa ¿no..?
     Al final yo también disfruto, son días en los que salgo de la rutina (aunque sea por la fuerza) y paso muchísimo menos tiempo conmigo misma del que acostumbro (que, dicho sea de paso, es demasiado...), pero termino agotada, física y psicológicamente... 
     El lunes me levantaré y la casa estará vacía de nuevo. Al principio me dará mucha pena, incluso estaré de bajón un par de días, pero luego iré recuperando mi rutina, mi forma de vida, ésa en la que me siento a gusto, normal...  Volveré a mis comidas ligeras sin pensar en si a alguien no le gustará o si se quedará con hambre, me sentaré a escribir frente al ordenador todo el tiempo que quiera, tomaré varios cafés en pijama, y decidiré conmigo misma si salgo a hacer la compra o lo dejo para más tarde. Me daré mascarilla en el pelo, me pintaré las uñas y me saldré a leer a la terraza mientras el suelo se seca y termina la lavadora. 
     Descansaré hasta que me canse de descansar, y aprovecharé el estar sola hasta que ya no le saque provecho a tanta soledad... 
     Es ley de vida... supongo... así que me quejo exactamente igual que se quejaba mi madre... y probablemente  me siento también casi igual que ella se sentía, aunque hace sólo unos años hubiera puesto la mano en el fuego por lo contrario... 
     C'est la vie!!!

¡¡¡FELIZ VIERNES!!!

1 comentario:

  1. ¡Cómo te entiendo! En mi caso no son vacaciones indefinidas porque no tenga trabajo (lo siento, de verdad) pero como son dos meses, julio y agosto, durante las vacaciones lo hago yo todo, pero todo todo, y llega un momento en que me harto, porque parece que no tuviera vacaciones. Pasado el 15 de agosto, estoy deseando volver a la rutina, tan necesaria para todos. Porque me pasa como a ti. Todo el día fuera, actividades por aquí y por allá y si quiero depilarme tengo que madrugar...

    Bueno, disfruta de cada día, que es lo importante.

    Besos.

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