lunes, 17 de septiembre de 2012

TELEVISIÓN Y DEPRESIÓN...

     No es que me enorgullezca de no tener televisión, pero tampoco me lamento, de hecho, últimamente me alegro muchísimo de que así sea, y de que por circunstancias, así haya sido prácticamente los últimos diez años de mi vida. Me alegro también de que la cosa no tenga pinta de cambiar, y es que, si bien no pretendo hacer alarde de ello (lo cual me parecería tremendamente estúpido, pero hay gente que lo hace, que parece que se deshacen de la tele para presumir de lo modernos y alternativos que son no teniendo una), sí que debo admitir que me he acostumbrado a vivir sin ella y que mi salud mental y mi bienestar psicológico se resienten cuando me pongo delante de una. 
     Eso me ocurre algunos fines de semana como éste, que al pasarlo en casa ajena, me reencuentro involuntariamente con la pantalla y, casi siempre, supone un shock bastante desagradable, que degenera en bajones anímicos de los que me cuesta unos cuantos paseos ría abajo recuperarme...
     Prefiero no hablar del patético, inmoral o, sencillamente vacuo, contenido de la mayoría de los programas, porque es algo de dominio público... pero me doy cuenta de que, como a casi todo, uno termina inmunizándose... y es muy triste que la población esté ya inmunizada a la inmundicia
     Yo ahora no tengo anticuerpos contra la basura y el sensacionalismo televisivo, porque vivo en una burbuja ajena a las mentiras y la tergiversación de los telediarios y la publicidad, por eso, porque han desaparecido mis defensas contra el bombardeo del idiotismo y el pensamiento único (o sea, el no pensamiento...), soy profundamente vulnerable al contenido tras la pantalla. 
     Por eso el sábado me fui a la cama con ansiedad después del breve visionado de una especie de documental sobre el proyecto de Eurovegas en Madrid... tuve que cambiar de canal enseguida porque la incredulidad y la impotencia, literalmente, me estaban dando ganas de llorar... es que no me podía creer que aquello fuera ni mínimamente real... pero ni mínimamente...
     Ayer la cosa se remató con una entrevista a Julio Anguita y el vídeo de un grupo de personas robando carros de comida en un supermercado, del que yo no tenía conocimiento alguno... 
     Me enteré también de que los chinches hacen viajes low cost y de que hay chavales que se graban a sí mismos tirándose pelotas en las pelotas, para mandarlo a la tele... 
     Madre mía... menos mal que me comí un buen besugo, una sopita de pescado con su rape y sus almejas, y bacalao con pimientos, que estaban de reeeeeeeeeeeechupete, amén de los dos o tres cafelitos con leche que me supieron a gloria. 

¡¡¡FELIZ COMIENZO DE SEMANA!!!

2 comentarios:

  1. Pues yo sí tengo tele, dos, pero hace aaaaaaños que no veo un telediario. Tampoco me enorgullezco porque no me entero de nada. Me acabo de enterar por Anita de que ha dimitido esperanza Aguirre, no te digo más. No vemos la tele. Por la tarde los peques ven dibujos o alguna serie y por la noche vemos algún capítulo de una serie grabado o una peli, también grabada, así que cuando voy a casa de alguien y veo la tele de verdad me quedo anonadada como tú.

    Besos.

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  2. Pues yo me he enterado hace un rato al subirme en el coche y poner la radio...y aunque reconozco que estar desinformado no es lo mejor, ni la mejor actitud, tampoco necesito saber lo que pasa en todas partes al segundo, como ahora parece necesitar la gente. Tanta información, tantos datos... me vuelven loca, y al final las cosas importantes me terminan llegando... :)

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