miércoles, 10 de octubre de 2012

PUES YO NO SÉ QUÉ LE VEN...

     Sé que lo que voy a decir va a resultar tremendamente impopular... pero es lo que tiene opinar y lo que mola de tener un blog... claro... porque estos artículos que voy a mencionar, son para muchos auténticos fetiches, que causan furor, devoción y en el caso de Apple diría que hasta religión... y yo, la verdad... seré una ignorante... pero no sé qué le ven... 
     Ya que he empezado con la manzana más famosa (yo diría que hoy día, incluso detrás de la ciudad de Nueva York...), pues vamos a ello: no comprendo la fiebre macintosh, apple, ipod, ipad, iphone... bla bla bla... y lo que he llegado a escuchar del señor que creó esta compañía, que yo no digo que no fuera un tío majo porque tampoco sé nada de su vida, me llegó a parecer hasta obsceno... ensalzándolo como si fuera un santo, como si hubiera obrado algún milagro o quizá erradicado el cáncer o el sida... Un hombre que lo único que ha hecho ha sido un puto  ordenador...
     Todo el mundo a mi alrededor tiene algún cacharro de apple, y  la mayoría ha cambiando sus ordenadores normales y corrientes a macs. Yo lo único que he tenido de apple fue un ipod que compré cuando estaba en los Estates por aquéllo de que todo el mundo decía que era la leche y el cambio al dólar estaba por los suelos. Nunca me gustó el programa, aunque el uso del cacharrico era sencillo, meterle canciones con esos rollos de bibliotecas, sincronizaciones y la madre del cordero, me parecía lo peor, infumable, un auténtico latazo. Así que se fue quedando relegado y lleva como cinco años con las mismas canciones, que me tienen ya hasta el gorro, y sólo lo utilizo en caso de viaje en bus soporífero... Cuando he usado el mac de mi padre me he vuelto loca, a mí esas luces en plan semáforo no me molan un cacho, me parece todo extrañísimo y añoro mi Word, mis ventanitas de toda la vida, con su poquito diccionario de sinónimos y su corta y pega, y mi hoja de excell simple, sencilla, cono sus columnas, sus filas, sus formulitas... 
     Lo siento, lo siento, lo siento... pero ¡a mí me gusta Microsofttttttttttttttttttttttt! Sí, sí y sí, no tengo ningún pudor en reconocerlo, y ahora hasta me siento súper cool con mi Acer y su Windows7, que a todo el mundo le parece una castaña retrógrada pero que a mí me funciona de maravilla y al que jamás le ha entrado un virus con la protección básica gratuita de Avast! Total, que aparte de la estética, que eso sí que puedo decir que es muy atrayente, no... honestamente, no sé qué le ven...
     Lo mismo me pasa con el famosísimo café en cápsulas... que no me parece más que una estrategia comercial inteligente que se aprovecha de lo contrario en los consumidores, porque como café no vale más que cualquier otro de calidad media, pero a un precio de infarto...  
     No digo que el café esté malo, que está bastante bien, pero la verdad es que a mí me sigue sabiendo a café de máquina, al que me sacaba en la expendedora de la biblioteca o al de la sala de espera del hospital, quizá algo mejorado, pero nada más. Ni de lejos debería costar casi cuarenta céntimos un café que te haces en tu casa, y mucho menos que el fabricante de la cafetera por la que ya has pagado una buena suma, te obligue a comprar sólo una determinada marca (esto me parece intolerable, y pasa con muchas más cosas...) A mí un paquete de café me dura unos diez o doce días, tomo dos cafés al día, a veces tres, y pago dos euros y medio por él. Si tuviera una Nespresso o similaren lugar de esos dos euros y medio por veinticuatro o veinticinco cafés, pagaría casi nueve euros... es decir, más del triple, casi cuatro veces más, y eso que yo compro un café bastante caro.
     En definitiva, el tema de las cafeteras Nespresso, Dolce Gusto, Tassimo...etc...etc... tan de moda ahora mismo, no me parece más que otro engaño comercial, rodeado de un aura de supuesto lujo y exclusividad, que no es otra cosa que un contrato indefinido con la marca, disfrazado de tiendas glamurosas y dependientes con trajes a lo Georges Clooney, que a mucha gente le encanta porque les hace sentir super mega guays aunque les peguen la sablada... Pero ya se sabe que sarna con gusto... 
     A mí me gusta probar diferentes marcas, sabores, orígenes, aromas... comprar lo que está de oferta si no me llega para más, despilfarrar en un café gourmet si me apetece, o llevarme para casa el de comercio justo: comprar lo que me da la real gana, y no lo que me obliga la marca del aparato. 
     Lo único que le encuentro realmente ventajoso al tema de las capsulitas es la limpieza, porque cómodo y limpio sí que es, pero para tomar un café realmente bueno en casa, lo primordial, en mi opinión, no es la máquina, ni su diseño glamuroso, sino el molinillo para triturar los granos justo antes... o una buena saeco que lo lleve incorporado (lo digo por si alguien no sabe qué regalarme en las próximas veinte navidades... ehhhjejejejejeje): 
     Hay muchas cosas más que, como estas dos, cautivan a las masas y a mí ni fu ni fá... pero por hoy ya me he desquitado... Lo siento señores de Apple y de Nespresso... pero a mí... no me la dan con queso... ajajajjaja... (mentira, porque precisamente con el queso me las podrían meter dobladas... :D)

¡¡¡FELIS MIÉRCOLES!!!

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